En el año 2012
la conmemoración de los mártires de Chicago, desde
1º de mayo desde 1887, se está llevando a cabo en medio
de un persistente y violento ataque a las condiciones de vida de
los trabajadores, resultado de la financiarización de la
economía. La infinidad de reformas del sistema financiero
-por lo menos desde el inicio de la transgresión a los acuerdos
de Breton Woods, de manera acelerada en los últimos veinte
años y vorazmente desde hace diez años- ha llevado
a la fuerte concentración del ingreso y al creciente deterioro
de las condiciones de vida de la población a nivel mundial,
desde China a Alemania, de América Latina a Europa.
Por lo que el tema central que se impone frente
a nosotros es el de la regulación del sistema financiero,
seguimiento y vigilancia en todas las actividades financieras. Si
bien se pueden aplicar impuestos a las transacciones financieras,
ello no basta, es preciso una estricta normatividad integral. Sin
esta regulación no se logrará ningún avance
sobre el control urgente del proceso especulativo en contra de la
deudas soberanas, que no es más que atentar contra las condiciones
de vida de las sociedades.
Lo intrincado de esta tarea radica en cómo
desarticular los mecanismos que se han ido creando al calor de la
desregulación, que han contado con la anuencia de los gobiernos
y organismos internacionales y con la complicidad de las calificadoras.
Una de las pruebas definitivas es la fuerza que ha tomado la banca
de sombra y todos los mecanismos, carry trade, Comercio de Alta
Frecuencia etc. que han probado cómo el proceso de la financiarización
se reinventa a si mismo, hidra de 1000 cabezas, de manera que, hasta
ahora, muchas de las acciones contra el fraude se han tornado estériles
y el enemigo se hace invisible y escurridizo.
Sin duda, hoy los resultados de la elección
en Francia abren la posibilidad de romper el eje Alemania-Francia
y, en esa medida, abre las posibilidades de construir la voluntad
política y los mecanismos para empezar a limitar el dominio
de capital financiero sobre los Estados. Controlar de manera eficiente
a los sistemas financieros y, a la vez, imponer un discurso y una
práctica política y económica que sepulte la
absurda decisión de los gobiernos de financiar sólo
al sistema financiero, que imponga un viraje tal que priorice el
empleo y el crecimiento frente a la austeridad. Al tiempo que se
imponga, desde el mundo del trabajo, como hace más de 110
años, el principio de “8 horas para trabajar, 8 horas
para el sueño y 8 horas para la casa”. Acompañada
esta transformación del mundo del trabajo, con salarios adecuados
y una seguridad social integral. Justamente porque la crisis financiera,
que ha arrastrado toda la economía, también ha sido
política, por lo que los acuerdos para imponer una salida
a la crisis tendrán que salir desde el ámbito de la
política, teniendo como objetivo central controlar y erradicar
la financiarización.
La presente entrega de www.olafinanciera.unam.mx
No. 12, se aborda una serie temas desde el núcleo de esos
temas y otros mas.
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