El dominio del sector financiero ha retomado con nuevas estrategias, métodos y agentes el control de la economía global así como de los espacios nacionales y por supuesto de sectores económicos y de las condiciones de vida de los ciudadanos de esos espacios nacionales. Proceso al que los gobiernos locales han contribuido de manera activa o pasiva y mediante medidas que en principio parecería, solo en el discurso, ser en beneficio de la sociedad en su conjunto, cuando en la realidad se promueven los mecanismos del poder omnímodo que supone el capital financiero. Últimos ejemplos recientes, pero no serán los últimos, como el préstamo del "rescate" de Grecia de junio del 2017, acción que empeorará las condiciones de vida de la ciudadanía griega, y solo beneficiará al sector financiero global. O bien, la quiebra de varios bancos en la Unión Europea, donde los gobiernos han salido a su rescate. Ya en el pasado el poder del capital financiero llevo a una cada vez mayor desestructuración de la vida económica, social y política con graves consecuencias, y hoy, cada una de sus acciones contribuye a profundizar dicha desestructuración.
La presente entrega de www.olafinanciera.unam.mx, número 27, aborda una serie de mecanismos, métodos y efectos que la financiarización ha estado poniendo en acción. Desde las medidas gubernamentales hasta el deterioro de las condiciones de vida de algunas sociedades por diversas vías. De esta manera se hace patente que los beneficios del sector financiero suponen de manera reiterada el deterioro de las condiciones de vida de las sociedades en sus diferentes ámbitos de reproducción.
En India algunas de las disposiciones y aparentes cambios técnicos de los medios de pago emprendidas por el gobierno recientemente, se pueden estar perfilando efectos que supondrán desventajas para la ciudadanía y ventajas para el sistema financiero global, con una tendencia al "fascismo de las finanzas". También se ilustra cómo bajo diferentes mecanismos en América Latina, que van desde el "mito de las microfinanzas" hasta el sector minero, pasando por la deuda pública y la pobreza, la financiarización ha ido imponiendo sus reglas con resultados nocivos para la economía en general, y cuyo efecto final recae sobre las diversas sociedades. Se puede apreciar como en Argentina, Colombia, México los procesos destructivos se ha dejado sentir. No son los únicos países ni los únicos mecanismos, en cada pa&ais según sus condiciones el sistema financiero privilegia uno u otro método. Así como en los países llamados desarrollados, la financiarización ha dejado una secuela de deterioro silencioso pero constante en la economía global. Como bien lo analiza Kari Polanyi desde diversas regiones y ámbitos en la última y concluyente parte de su importante libro que se ha venido publicando por entregas en los anteriores números de www.olafinanciera.unam.mx y que rubrica de manera contundente Samir Amin.
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