El origen de la desigualdad está directamente relacionado con mecanismos políticos que se retroalimentan en la esfera de la economía, como lo argumenta histórica, moral y teóricamente John Henry.

De alguna manera las difíciles condiciones por las que atraviesan hoy las economías en todo el mundo, producto de la ampliación de la brecha de la inequidad y desigualdad, tienen posibilidades de neutralizarse e incluso de superarse si la voluntad política se traza objetivos de bienestar social y convivencia pacífica.

Sin embargo, como se puede apreciar desde diversos ángulos en varias colaboraciones del este ejemplar número 28 de www.olafinanciera.unam.mx, el camino que se ha impuesto a las actividades de la economía real, por parte del sistema financiero, ha ampliado la brecha de la desigualdad, lo cual ha sido fomentado e instrumentado por los mismos gobiernos.

Uno entre los varios temas que se abordan es cómo los agentes y mecanismos de las nuevas tecnologías de la comunicación han creado posibilidades reales de manipulación de la sociedad, con los objetivos de promoción de propuestas y actores, imponiendo proyectos sociales adversos al fomento de una mayor equidad y menor desigualdad. Pero su efecto no solo es económico, por la fuerte concentración de riqueza que supone, sino también político por la manipulación social que significa dicho ejercicio en manos de los grandes corporativos mediáticos en estrecha colaboración con el poder financiero.

Otra de las contribuciones en este número analiza el proceso y las consecuencias de la constante y ampliada cesión de funciones esenciales del gobierno al poder de las grandes corporaciones, impulsada por los organismos internacionales, imponiendo políticas privatizadoras de servicios públicos y ampliando la desigualdad. Bajo los contratos asignados a las asociaciones público-privadas, van siendo "colonizadas" las áreas que reditúan mejores, rápidas y seguras ganancias. Financiarizando de esa manera, entre otras, las finanzas de los gobiernos.

Otro de los sectores económicos de importancia estratégica a nivel social es la industria farmacéutica la cual ha emprendido, tiempo atrás, un decido sometimiento a la economía conducida por las finanzas, como se puede evidenciar en el sector farmacéutico de Estados Unidos, que se analiza en la presente entrega. Este amplio despliegue de poder estructura un proceso integral del conjunto de la vida social sometida al poderoso y omnipresente sector financiero, ampliando con ello la vulnerabilidad y el costo económico, político y social de la población. Sin duda que parte de los elementos sustanciales y explicativos de la arqueología de la desigualdad hoy están presentes bajo los pliegues del proceso autoritario que ejerce el sector financiero.

<< regresa