Lo que se ha denominado modernidad y capitalismo crearon una forma de reproducción social diferenciada de las etapas anteriores de existencia del homo sapiens. Ambos procesos convergieron en lo que alguien llamó una conciencia de la riqueza en expansión. No solo los lazos de socialidad se trastocaron, sino todo el ámbito de las expectativas políticas, económicas, culturales, entre otros. Pero igualmente se transformó la percepción de la ciencia, del pensamiento científico y su discurso. El capitalismo, una de las piezas clave de esos cambios, se creó un discurso, o mejor dicho, las élites construyeron un discurso capaz de explicar, pero al mismo tiempo impulsar las nuevas relaciones sociales, que si bien ya estaban trazadas, habría que definirlas lo más amplia y detalladamente posible.

De entre las élites, algunos individuos, lo que se puede considerar hombres de su tiempo, logran una mejor penetración en los mecanismos que permiten comprender de manera más cabal, aunque quizá nunca omniabarcante, su funcionamiento de manera más integral. Sin duda que Adam Smith pertenece a este grupo privilegiado, quien describió en términos económicos esa realidad llamada tiempo después de la Revolución Industrial. El esfuerzo teórico de Smith sentó los cimientos de lo que hoy se conoce como ciencia económica, pero no en general, sino del capitalismo en el contexto de la modernidad. Adam Smith logra descifrar tal Revolución Industrial en su discurso, y muestra de manera contundente los beneficios, y solo de manera tangencial y no del todo evidente, las futuras dificultades.

En este número de www.olafinanciera.unam.mx se rinde un homenaje a Adam Smith donde se trata de problematizar y actualizar su ya complejo y diverso pensamiento, que va de la Teoría de los Sentimientos Morales a la Investigación de la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones. El objetivo trazado aquí es ampliar y divulgar su pensamiento, pero sobre todo desmitificar la imagen que tanto el pensamiento neoclásico como el llamado neoliberalismo han hecho, o mejor dicho, han tergiversado y deformado hasta su completa desfiguración. En esta perspectiva académicos de diversos puntos geográficos y temáticos emprenden esta tarea de reflexión actual de un clásico, en este caso de la economía como economía política.

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